Son muchos los SPA que ofrecen saunas, baños turcos y otro tipo de tratamientos de bienestar. Entre los beneficios que ofrecen los varios tipos de saunas al primer puesto podemos colocar la desintoxicación de la piel, seguido de la limpieza de las vías respiratorias y mejora del flujo de la sangre; esto provoca a su vez una clara relajación y sensación de bienestar.
Los elementos que forma una sauna son la cabina y la estufa y su clasificación se hace en base a la humedad, así que tenemos la sauna húmeda y la seca.
La húmeda, también conocida como baño turco o hamam, es un baño de vapor caliente con unos 50ºC y un humedad muy alta, alrededor del 100%; en este tipo de sauna se combinan calor seco y calor húmedo con frío y se concluye con un buen masaje. Entre las otras cosas prevee el uso del jabón negro (que tiene sales minerales), del aceite de Argán (estimula la circulación) y del Rassoul (tierra arcillosa).
La seca o finlandesa es la más conocida, y tiene una temperatura más alta (se pueden alcanzar los 90ºC) y un humedad más baja que casi nunca supera el 20%. Esta última se completa con un baño en un lago helado o un revolcón por la nieve, aunque a veces este ritual se sustituye con una simple ducha fría.
Según una leyenda de Finlandia, en la sauna vive un pequeño ñomo llamado Saunatonttu que se debe tratar con respeto (teniendo encendido el fuego sagrado y dejando comida fuera de la sauna) para tener su protección y no ser castigados.
Pero estas que hemos visto son sólo algunas de las saunas que exiten, aún hay más…
Vía| Wikipedia
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