Está situado a unos 3.650 metros de altura en el Departamento de Potosí, en el Altiplano de Bolivia, sobre la Cordillera de los Andes. Tiene una superficie de 12.000 km² y un espesor de 10 metros, unas once capas de sal con espesores que varian entre los dos y los diez metros, una profundidad de 120 metros y en total 10 mil millones de toneladas de sal.
Es hoy uno de los principales destinos turísticos de Bolivia ya que cada año lo visitan alrededor de unas 60.000 personas. Quizás ya han entendido de que estoy hablando…
¡Pues por supuesto que estoy hablando del Salar de Uyuni! También conocido como Salar de Tunupa, con los magníficos colores del cielo que se reflejan sobre su superficie, mientra caminas sobre él te parece de estar flotando en el cielo. Está compuesto por varias capas de salmuera y barro lacustre que contienen distintos elementos; entre estos encontramos la ulexita (piedra televisión), un mineral transparente que refracta a la superficie de la piedra la imagen de lo que está debajo.
Contiene varias islas en su interior, la mayor de ellas es la Isla del Pescado, desde la cual se puede admirar mejor el salar. También encontramos cactus gigantes de hasta 10 metros de altura, cavernas con momias y formaciones geográficas que impresionan; mientras en noviembre se transforma en el lugar de cría de tres tipos de flamencos.
El salar es la puerta de entrada a la Reserva Eduardo Avaroa, con lagunas de colores y volcanes, con flamencos andinos y aguas termales humeantes. En los alrededores, pueblos coloniales con bonitas iglesias que viven del cultivo de la sagrada quinua, de la cría de llamas, minería y del turismo.
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