Hubo algún crítico de la época que se atrevió a señalar que los poemas de Poe eran escritos para ‘criadas’. Lo cierto es que sus seguidores más acérrimos (millones en el mundo), están ahora de celebración. El escritor norteamericano, claro exponente del mejor relato corto, cumplía 200 años.
En estos días, el Museo Edgar Allan Poe, situado en el número 203 de la calle Amity, en la ciudad de Baltimore (Maryland), donde murió en 1849, ha duplicado el número de visitantes, aprovechando la efeméride. Durante todo el año se han organizado diferentes actividades y actos para conmemorar los 200 años de vigencia del autor de ‘Los crímenes de la calle Morgue’ y ‘El cuervo’, entre otras excepcionales obrasque escribió a lo largo de una vida.
Aunque nació en Boston (Massachussets), con solo dos años marchó a Richmond (Virginia) tras el fallecimiento de su madre. En compañía de sus padres adoptivos, Edgar comenzó a trabajar en sus primeros escritos embuídos de fantasía, esbozos que más tarde se convertirian en referentes de la literatura universal.
Tras su breve experiencia como mal estudiante en la Universidad de Virgina, decidió abandonar el hogar familiar y volver a Boston donde escribió varios poemas e ingresó en la Marina, en la academia de West Point, del que igualmente fue expulsado por comportamiento irresoluto. Precisamente, de la isla de Sullivan, lugar donde fue destinado, el escritor realizó una minuciosa descripción en ‘El escarabajo de oro’. Y ahí se encuentra una famosa taberna que lleva su nombre.
Después conocería a su mujer, Virginia Eliza, con la que contrajo matrimonio. Mientras Poe se entregaba por completo a la literatura y al alcohol, y tras ejercer de columnista en varias publicaciones de Richmond, las deudas les obligaron a mudarse en distintas ocasiones.
Vía |El correo digital