Este post es un aviso a los navegantes. Ciudades donde la contaminación se ha convertido en un peligro real y, que, han quedado fuera de cualquier ‘tour’ turístico que se precie. Ciudades ‘perdidas’, algunas con gran densidad de población, que día a día son ‘tragadas’ por los efectos devastadores de la nube tóxica.
A pesar de ello, el mensaje que subyace, es el contrario. Debemos cuidar nuestro medio ambiente, preservar lo que nos rodea para que estos ejemplos no se vuelvan a repetir.
Como ocurre, según publicaba el Instituto Blacksmith, en Chernobyl, una ‘ciudad fantasma’, que sufrió una de las catástrofes mayores de la historia. La explosión nuclear obligó al desalojo de la ciudad que permanece callada para siempre.
Otra ciudad que ha sufrido los efectos químicos es Dzerzhinsk, situada a 400 kilómetros de Moscú, la capital rusa. La expectativa de vida de la población no supera los 45 años, después de la instalación de la planta de armamento que emanaba gases tóxicos altamente contaminantes y que contaminó la zona durante casi sesenta años.
En Haina (República Dominicana), hasta 1997, una planta de reciclado de baterías para automóviles, provocó una gran nube tóxica, con la concentración de plomo más alta conocida y que ha dejado secuelas de por vida a sus habitantes.
Después de Lusaka, Kabwe, es la segunda ciudad más importante de Zambia. Sus aguas están contaminadas por plomo y otros materiales pesados, procedentes, de la explotación minera.
Y por último, aunque podríamos seguir, La Oroya, en Peru. Una fundición norteamericana, parece estar en el orígen de la emisión de gases altamente contaminantes, que aún hoy se sigue produciendo. Otros lugares ‘non gratos’ para visitar se localizan en Linfen (China), Norilsk (Rusia) o Ranipet (India).
Vía|Nuestro clima
Más información|Blacksmith Institute