Fotografía: Moises.on
La isla de Gorée se encuentra situada frente a las costas de Senegal, a tres kilómetros de distancia de su capital, Dakar. Desde el siglo XV y hasta el XIX, fue uno los enclaves del comercio de esclavos, ahora representa un símbolo de la libertad.
Cuando el pais africano se independizó, aún, para muchos la isla de Gorée era prácticamente desconocida. Fue en ese año, cuando el pasado de ésta vio la luz, después de siglos oculta bajo celdas y cadenas de sufrimiento.
Desde que en 1536 se construyera la primera casa de esclavos, la historia de Gorée ha estado marcada por la huella de la esclavitud. Hacinados en pequeños habitáculos, sin luz ni comida, cientos de personas, entre hombres, mujeres y niños sacados a la fuerza de sus hogares soportaban condiciones inhumanas mientras mercaderes sin escrúpulos decidían sobre sus vidas.
Dolor y sufrimiento que han dado paso a un ‘negocio’, ahora turístico que, aprovecha ese luctuoso pasado, para dar a conocer la isla. Si viaja hasta ella, podrá conocer una de las casas de esclavos convertida en un museo monográfico sobre la esclavitud pero también sobre la libertad.
Fotografía: blidoo
Desde una minúscula puerta por la que se puede observar el Atlántico, los esclavos pasaban ajenos a lo que les deparaba el destino. Este antiguo almacén fue regentado por holandeses durante el siglo XVII, que llamaron a la isla ‘goedde redde’ (buen puerto), de ahí, al parecer, vendría el nombre de ‘Gorée’.
La isla se puede recorrer en solo unas horas, debido a sus reducidas dimensiones, pero sin lugar a dudas será una experiencia inolvidable.
Vía|Wikipedia
Más infomación|Unesco