Los austriacos saben como preservar sus tradiciones más arraigadas. El Adviento es la época en el que calles y plazas de ciudades y pueblos se transforman como si de un cuento de Andersen se tratara. Los mercados de Viena o Innsbruck, reciben miles de visitas por estas fechas. Por algo se les consideran de los más famosos de Europa.
Son tan famosos que abren casi un mes antes de la Nochebuena. Uno de los más conocidos es el que se ubica en la plaza del Ayuntamiento de Viena. Enormes tenderetes en donde podrá encontrar objetos navideños únicos, artesanales, tallas de madera, orfebreria, vidrio…, el Niño Jesús (sustituto del tradicional Papá Noel y que deja obsequios a los niños más aplicados), y compartiendo en atractivo, referentes de otras latitudes, como los trineos con renos, los árboles de adviento (decorados y de gran altura), o el Belén.
En Graz, por ejemplo, desde 2003, con motivo de la capitalidad europea de esta ciudad, se instala por estas fechas, en el patio de Landhaus, nada menos que 50 toneladas de hielo que dan forma a un pesebre, creación del artista Gert J.Höld, muy visitado, por cierto.
En la localidad de Innsbruck, se celebra el Christkindlmarkt, un mercado de Navidad de larga tradición y ambiente alpino único. Aquí también destaca un belén de madera, a tamaño natural y un concierto de instrumentos de viento tiroleses.
Otra ruta navideña, podría ser, hacer una visita al pueblo de Obendorf, localidad natal del párroco Joseph Mohr, conocido por su villancico ‘Noche de Paz’. Precisamente, allí se encuentra un Museo del mismo nombre. Y por supuesto, Salzburgo. Su Misa del Gallo es una de las más entrañables de la Navidad austriaca. Eso, y patinar en el Volksgarten.
¿Y porqué no alarga su viaje y celebra el año nuevo en un refugio en las montañas alpinas?. Piénselo.
Vía|Viajar a Austria en Navidad