Junto a las Torres Petronas (Kuala Lampur) y Taipei 101 (Taipei), el tercer rascacielos más alto del mundo es la Torre Sears, de Chicago (Illinois). Pero además ostenta otro record, es el edificio de mayores dimensiones de Estados Unidos.
Antes de que la desbancaran del podium, permaneció durante 25 años, (1973-1998), disfrutando de un liderato que le confirió fama universal. De hecho, imprimió a la ciudad de Chicago de más caché, incluso, del que ya contaba.
En realidad, la Torre Sears, es un ejemplo latente de la importancia de esta ciudad como gran metrópoli, comparada con otras urbes como Nueva York, Washington o Los Ángeles, y que, desde prácticamente sus origenes, ha sido tierra para inmigrantes, comunidades de italoamericanos, afroamericanos y latinos, que dan impulso al ritmo cotidiano en sus barrios y calles.
Desde lo alto, las vistas, dicen los que han estado, impresionan. 442 metros (108 plantas), da una ligera idea de lo que debe ser observar la ciudad ahí arriba. Por lo pronto, y si el día está claro, se pueden contemplar, a lo lejos, las tierras de Wisconsin e Indiana.
Dedicado a comercios y oficinas, el megaedificio dispone de una zona diseñada especialmente para turistas y curiosos, con vistas panorámicas magníficas. Se llama Skydeck, y está operativo desde las diez de la mañana y hasta las ocho de la tarde. Además de poder conocer más de cerca la historia del edificio a través de exposiciones y venta de material ilustrativo.
Vía| Guía de Chicago