No hay camareros, los platos se sirven solos. Es la filosofía de ´s Baggers, el primer restaurante automático del mundo. Solo tiene que elegir el menú seleccionado en una pantalla táctil y saborear la cocina típica de la región.
‘Para gustos, no hay nada escrito’, este dicho popular parece encajar perfectamente en este restaurante que abrió sus puertas no hace mucho, ideado por el cocinero alemán Michael Mack, y que se ubica en la ciudad alemana de Nüremberg.
Un enorme artilugio preside el local, rodeado por varias mesas circulares de color rojo, con asientos para los comensales. Una vez escogido los platos que piensa saborear, (la pantalla incluye descripciones y fotos para que sea más cómoda la elección), la máquina se pone en funcionamiento. El pedido llega a la cocina y tras su elaboración por cocineros (de carne y hueso), los platos se deslizan por un laberinto de raíles, directo a cada mesa.
Tampoco hay necesidad de pagar la cuenta en el acto. Nada de eso. El restaurante le ofrece la posibilidad de pagar las consumiciones efectuadas a final de mes, a través de una simple transferencia bancaria. Y si tiene alguna duda, siempre habrá un camarero solícito (que trabajar, trabaja poco, la verdad), que se han reconvertido en una especie de servicio al cliente.
Todo este entramado de automatismo está teniendo bastante éxito. Tanto es así que el cocinero tiene intención de convertir su negocio en una franquicia. Solicitudes no le falta. Europa, Australia, Corea y Canadá ya se han interesado por este proyecto.
Si visita la región de Nüremberg no olvide pasar por este establecimiento. Eso sí, debe llamar temprano para conseguir una reserva.
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